La famosa foto de Einstein sacando la lengua
Si hacemos un recorrido por la galería de retratos del Nobel de la Física Albert Einstein, caeremos en cuenta que la foto de Einstein sacando la lengua fue un asunto realmente inusual, sorpresivo para todas las personas que se encontraban a su alrededor. Con esto no pretendemos afirmar que Einstein jamás exhibiera simpatía ante las cámaras, pero siempre trataba de mantener la postura que se espera de una figura tan emblemática y respetada en la comunidad científica por sus valiosas aportaciones.
El material fotográfico, uno de los más populares del siglo XX, y que forma parte de la cultura popular actual, fue tomado el 14 de marzo de 1951, día del 72º cumpleaños de Albert Einstein.
El científico disfrutaba de un encuentro con sus más íntimos amigos en el Princeton Club, cuando a la salida le esperaba un grupo de fotógrafos deseosos de tomar el retrato perfecto que adornaría los artículos de prensa la mañana siguiente. Le acompañaba Frank Aydelotte, director del Instituto de Estudios Avanzados de EE.UU. y su esposa Marie Jeanette, quienes le ofrecieron llevarlo hasta su casa.
Ya dentro del vehículo, Einstein se sentía agotado por el acoso recibido de parte de los fotógrafos que insistentemente le pedían una sonrisa. No tenía energía para lidiar con todo esto, solo deseaba marcharse en paz luego de una larga noche de festejo. En cambio tuvo que abrirse camino entre flashes, gritos y empujones.
En ese contexto nació la foto de Einstein sacando la lengua, un pequeño acto de “rebeldía” con la que Einstein pretendía mostrar la incomodidad causada por el acorralamiento que sufrió después de su fiesta de cumpleaños.
El gesto solo duró unos pocos segundos, siendo el hábil Arthur Sasse el único fotógrafo que logró tomar uno de los retratos más icónicos de la historia. Y es una suerte que el retrato se hiciera público, ya que en un comienzo la agencia para la que trabajaba Sasse titubeó en usar la singular fotografía por temor a que el protagonista se ofendiera.
Al final decidieron arriesgarse con la grata sorpresa de que Albert Einstein, no solo terminaría encantado por el simpático retrato, sino que además los contactó para que le regalaran nueve copias que serían obsequiadas a sus amigos en Navidad. Una de estas copias se la entregó a un reportero, la única con su firma estampada. En 2009 esta imagen fue subastada por 70 mil dólares.
¿Imaginabas que esta sería la historia de la fotografía de Einstein sacando la lengua?
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